No cabe duda que la Royal Enfield Café Racer es una de las motos más icónicas en la actualidad. Esta empresa india siempre ha querido despertar esa sensación de nostalgia con los amantes del motociclismo sacando modelos que evocan a una época esencial de esta industria con modelo bien acabados como la Cafe Racer.

Sin lugar a dudas los ingenieros hindúes son especialistas en mantener viva esa imagen clásica y con la presentación de la Royal Enfield Cafe Racer parece que apuntan a esa propuesta de conquistar un nicho que busca mantener al tapete aquellos modelos que hicieron historia, tanto por ventas o por el rendimiento de su máquina.

Es una moto 250 cc que trata de emular perfectamente a su predecesora inglesa, la cual podía alcanzar los 120 kilómetros por hora y que contaba con un depósito de fibra, semi-manillares y un asiento de joroba pronunciada que la terminaba de dar una apariencia jocosa y que sirvió para terminar su impacto en el mercado de entonces.

En la actualidad este proyecto ha pasado por las manos de una empresa pionera en la fabricación de buenas motocicletas como Harri Performance, cual mejoró el chasis de doble cuna al más puro estilo de las motos clásicas del siglo pasado.

El motor de esta joya de la ingeniería está inspirado  en el original de los años sesenta, pero en la actualidad la cilindrada es de 535 cc y utiliza una inyección electrónica Keihin con una centralita electrónica especialmente adaptada y un bonito escape con aspecto de megáfono.

Sus  frenos son fabricados por la firma Brembo, con un disco delantero flotante de 300 mm de diámetro mordido por una pinza de doble pistón y anclaje también flotante. Detrás el disco es de 240 mm de diámetro y utiliza una pinza de anclaje flotante con un único pistón.

El precio de esta preciosura es lo más llamativo, ya que se puede conseguir en el mercado por no menos de unos € 5 mil lo que la hace ser una moto accesible en relación coste calidad.

Y es que la Royal Enfield Café Racer se ha convertido en una opción para aquellos que aspiran rodar en carretera con un moto que le devuelva la sensación de libertad sin tanto lujos y a un precio módico, pero que a su vez su calidad esté a la par con las mejores versiones que esté ofreciendo el mercado español.