El conflicto que se presenta entre el Gobierno autonómico de Cataluña con el de España también se ve reflejado en el mundo empresarial, esta polarización que genera un llamado abierto a la independencia catalana, tiene su expresión en dos bandos de empresarios, uno proclive a esta y otro que se identifica como detractor.
Las empresas farmacéuticas Almiral y Grifols son el mejor ejemplo de la polarización de las grandes empresas catalanas ante el llamado independentista, ya que sus máximos representantes han informado su posición política ante este tema y al mismo tiempo, muestran la realidad del mundo empresarial catalán en cuanto este tema.
En un sector tan importante como la industria farmacéutica de Barcelona, se conoce que el fundador y ex presidente de la empresa Grifols, Víctor Grifols ha apoyado de manera abierta la búsqueda secesionista desde el año 2014 e inclusive, se conoce como el primer gran empresario que tomó partido en este tema político.
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Grandes empresas pro independentistas
Otro empresario independentista es el propietario del grupo alimentario Gallina Blanca, Artur Carulla, quien es miembro de una de las familias de Cataluña que se conoce como una de las màs seguidoras del reto independentista. Carulla es muy allegado al expresidente de la Generalitat Artur Mas quien expresó en su tiempo su apoyo a una ruptura con España.
Estos empresarios de la agroindustria, igualmente son copropietarios del diario Ara, unos de los medios de comunicación impresos con línea editorial partidaria de la secesión por tradición.
Igual, el holding de la familia de los Carulla fue dueño de las cadenas de comida rápida Bocatta y Pans&Company, pero las vendieron a un grupo totalmente ajeno al movimiento independentista catalán, como lo es el grupo Ibersol de Portugal.
El presidente de la empresa de mensajería Unipost, Antón Raventós demostró su apoyo independentista ya que esta compañía se encargó del envío de material para el referéndum del 01 de octubre de 2016, el cual fue incautado por la Guardia Civil, se informó que esta firma ha recibido un préstamo de la Generalitat para sortear su mala situación financiera.
A su vez, el revés económico de la empresa Unipost influyó negativamente en la bodega de cava Cadorniù, compañía vinícola que se ha demarcado de dicha situación política, ya que, aunque es propiedad del grupo familiar Raventós, solo un 1% es propiedad de Antón Raventós.
Pymes independentistas
En medios de comunicación digitales se ha comentado que existen múltiples pequeñas y medianas empresas cuyos presidente y gerentes han expresado su acuerdo con la independencia de Cataluña, algunos han reseñado que esta posición a favor de dicho proceso obedece a ciertas presiones de la Generalitat a los empresarios catalanes.
Muchas empresas de sectores prioritarios como la atención de servicios de Sanidad o de construcción y mantenimiento de Infraestructuras se han visualizado como seguidoras del proceso de independencia catalán.
Presidencias de compañías no expresan su acuerdo al proceso, pese a que son contrarios a una ruptura con España, prefieren mantener contratos y buenas relaciones con la Generalitat, dado el contenido de reglamentos y normas jurídicas vigentes.
A lo largo de toda la historia de Cataluña, ha sido una región marcada por su gran tradición comerciante, y por seguro, en el futuro va a seguir con esta tendencia.